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Eternamente, como dirían los enamorados (parte 1)

POSTRE DE LETRAS (Revista literaria) domingo, 27 de febrero de 2011 , ,
Parada justo en el centro de un lugar que no tiene principio ni fin, en medio de una brisa cálida que al contacto con mi piel se ha convertido en escarcha, aquí me encuentro esperándolo, pero también espero algo que me ayude a tener la certeza de quién soy, a dónde voy y qué es lo que hago aquí.
            Quiero hoy más que nunca encontrarme para luego poder seguir mi camino, el que ya sé que sólo aquí podrá ser al lado de él.
            La espera ha sido larga, pero no como en los tiempos del hospital, las máquinas extrañas y los tubos, que ahora veo como memorias etéreas y lejanas a punto de evaporarse y ser suprimidas para siempre.
            Aquí disfruto de lo estrecho de un inmenso lugar, de la luz que las sombras han tenido la bondad de mostrarme, de la calidez de esta soledad, que a medida que lo siento cerca, se aleja; de la subjetividad de todo lo que aquí ocurre. Tengo la fortuna incluso de poner todo esto en duda, en especial de si se trata o no de un lugar... lugar con el concepto que todo mundo conoce y que incluso yo conocía antes de llegar hasta aquí.
            Tengo entre mis manos, por primera vez, la facultad de poner en duda todo lo que me rodea sin temor a la respuesta.
            Y aquella brisa que ahora se halla estrechamente ligada a lo cálido y lo gélido, parece ir transformando mi ser, llevarlo por el pasaje de una lenta metamorfosis. Parece ir modificando más que el exterior, todo aquello que se halla dentro de mí.
            El dolor ha cesado casi por completo, incluso el de sentir su asfixiante ausencia, pero ahora el silencio comienza a ensordecerme de lo fuerte que es. Las preguntas con lógica ya no tienen cabida: las personas que a mi arribo hallábanse aquí son como hologramas y su existencia depende únicamente de mi perspectiva. No hay imágenes a las cuales asirse, entonces, me ato con un hilito imaginario al rumor de las sombras únicamente para tener referencia de mi existencia.
            Y el cielo, si es que hay cielo, parece acercarse y querer susurrar algo en mi oído que por fidelidad no he permitido.
            Quiero sentir impaciencia, pero no puedo. No es miedo, es una curiosidad tornasol porque ahora sé que todo es posible y que en cualquier momento una nube emanará gotas de agua con esencia a menta fresca de las cuales brotará él y entonces, sólo entonces, estaremos juntos. Espero las sorpresas que me depara la vida y reflexiono acerca de la trampa en que su antagonista me ha postrado.
El olor a menta fresca se va intensificando en el aire o en lo que sea que se respire aquí, mis ojos ya vislumbran el verdor de los suyos. Mis manos por fin pueden asir las suyas con la certeza de que esta vez será para siempre.
            Y hago uso de mi facultad y me cuestiono de nuevo sin mayor preocupación, si esto es un lugar, y si lo es, qué tipo de lugar tan magnífico es que tiene tantas y tan extraordinarias virtudes; me asombro del poder que ejerce sobre mí, al grado de haber logrado, con sólo entrar en él, que mi corazón…

4 comentarios:

Edson dijo...

heeey, arriba ese animo!
muy buena redacción ;)
me encanta!

Angela dijo...

Weeeeeiii!! ¡Me dejaste en ascuas!.
Me gusto muchísimo, escribes muy muy bien :D

isis dijo...

Mujer!!!! me sentí en mi clase de Introducción al estudio de la ciencia, donde el maestro se la pasa diciendo que hay que cuEstionar la realidad!XD (tengo q dejar claro q mis clases son muy interesantes) soy amante de la elegancia y me parece que te sobra, espero el siguiente socia! x las q amamos las letras TECATEXTI XD

Anna Tapia dijo...

Wow. Es demasiado poético, como de un literato bastante experimentado. Me encanta tu forma de escribir, bastante poética (como ya dije), elegante, precisa, con buena redacción y buenas analogías...
Lo único que no me gustó es que me dejaste en ascuas jajaja
Sigue así nena, escribes increíble!! Ánimo!!

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