Gabriel García Márquez
Te pido a gritos y con vehemencia que no me recuerdes más. He sido expulsada del paraíso de tu compañía, imposibilitada de construir nuevos recuerdos contigo y de volver a tocarte el cuerpo y el alma. Pero a diferencia de tu egoísmo yo quiero que seas feliz. A veces las personas saben lo que hacen y lo único que puedo esperar es que tú lo hagas para que no vuelvas, pues de ser así mis brazos serán una prisión de la que luego no será tan fácil de escapar, haré de mis besos tu adicción y entonces no te querrás marchar.
Has tenue mi recuerdo, cada vez más, quémalo hasta que de él no queden ni cenizas que el tiempo pueda soplar. Escapa lejos, a donde no sea capaz de seguirte. Haz que ese “para siempre” tantas veces prometido, sea sólo una frase que queda en el aire, que desaparezca flotando junto con tantas otras promesas que de tan sólo evocar, hacen vivir de nuevo.
Decidiste marchar pensando en lo mejor para ti, tal vez te herí, pero eso no importa ya, has cubierto con humo la vida pasada para no verla más, mientras yo escribo mis promesas, promesas que nunca sabrás que he hecho, que quedarán atrapadas para siempre en este papel.
Prometo quererte mientras tu aroma dure en mi memoria, mientras sea capaz de revivir en la mente esos momentos contigo. Mientras recuerde cómo burlarme y reírme de tu inútil ausencia, mientras cualquier brisa y cualquier persona te traiga a mi mente… Mientras el cariño soporte a un amigo desgraciado que decidió dejarme en el pasado, convencido de no dar marcha atrás.
Olvídame mientras yo te aferro a mi mente.
Olvídame mientras en silencio grite lo que nunca te dije.
Olvídame mientras el viento te haga recordar que te quiero.
1 comentarios:
¿Y aquí en dónde está el "Me gusta"? Rifa mucho Chio!! I Like!
aP!
Publicar un comentario